CÍRCULO DEL SILENCIO MAYO 2025

Como se viene realizando cada mes, esta vez se juntaran en el Paseo Sierra de Atapuerca, este lunes a las 19:30h.

En esta ocasión estarán acompañaremos por voluntarios y participantes de Cáritas del Arciprestazgo del Vena.

De aquí o de fuera.
Justicia para todos.

Asistimos en todo el mundo, también en nuestro país, a un alarmante crecimiento del discurso del odio que intenta enfrentar a los pobres nacidos en un país con los pobres que vienen de otros países. 


Por desgracia, ese mensaje simplista y manipulador cala en muchas personas, especialmente entre los que necesitan ayudas públicas, los que no encuentran un trabajo digno, las personas con problemas de acceso a la vivienda, etc. 


En estas situaciones se percibe a los migrantes como competidores por las ayudas púbicas, como enemigos en el mercado laboral, como aprovechados. 


Es comprensible la reacción de buscar un culpable a las situaciones de necesidad y de injusticia, pero debemos desmontar la trampa de enfrentar a los pobres de aquí con los de fuera.

 
No queremos decir que todos los migrantes sean perfectos; ciertamente, cuando no tienes papeles, cuando no puedes trabajar dignamente ni encontrar una vivienda, se producen problemas de integración y actitudes negativas en algunos de ellos, igual que nos pasaría a cualquiera. Debemos ir al fondo del tema y apuntar a los verdaderos responsables.

 
En primer lugar, nunca debemos olvidar que las migraciones forzosas se producen en gran medida por causas económicas y políticas de las que los países ricos somos cómplices y beneficiarios. 


En segundo lugar, todos los datos demuestran que los migrantes contribuyen a la economía del país de acogida mucho más de lo que cuestan a los fondos públicos.

 
En febrero de este año el papa Francisco, a pesar de su debilidad, quiso alzar la voz contra las deportaciones de migrantes en Estados Unidos, que se hacían supuestamente para defender a los americanos. En su carta decía: “… un auténtico estado de derecho se verifica precisamente en el trato digno que merecen todas las personas, en especial, los más pobres y marginados. El verdadero bien común se promueve cuando la sociedad y el gobierno, con creatividad y respeto estricto al derecho de todos, acogen, protegen, promueven e integran a los más frágiles, desprotegidos y vulnerables. Exhorto a todos los fieles de la Iglesia Católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros
hermanos migrantes y refugiados. Con caridad y claridad, todos estamos llamados a vivir en solidaridad y fraternidad, a construir puentes que nos acerquen cada vez más, a evitar muros de ignominia”.

 
Debemos unirnos, los nacidos en España y los que se han visto forzados a migrar, y luchar juntos para que los empresarios no se aprovechen, para que haya más viviendas sociales y los fondos públicos sean los suficientes para todo el que lo necesita.