I DOMINGO DE CUARESMA ‘CUARESMA 2025’

Evangelio del día

Lectura del SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN Lucas

(4, 1-13)

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto, mientras era tentado por el diablo.

En todos aquellos días estuvo sin comer y, al final, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan».

Jesús le contestó:
«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre”».

Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos de! mundo y le dijo:
«Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo».

Respondiendo Jesús, le dijo:
«Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».

Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece contra ninguna piedra”».

Respondiendo Jesús, le dijo:
«Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».

Acabada toda tentación, el demonio se marchó hasta otra ocasión.

Palabra de Dios.

Reflexión

Es fácil hacer el bien cuando todo el mundo lo hace, pero resulta muy difícil cuando otros quieren convencernos para que hagamos algo malo.

Jesús se hizo hombre para intentar entendernos porque solemos comprender mejor a las personas cuando «caminamos en sus zapatos».

Nosotros también hoy en día nos enfrentamos a tentaciones. A veces, son más complicadas de resistir de lo que parece.

¿Cuáles son las tuyas?

Para vencerlas debemos vaciarnos de todo aquello que nos distrae, ahoga, confunde, hiere, atrapa y abruma para que Jesús nos lleve en la dirección adecuada.

¡Adelante!

Preguntas

Hoy nos habla el evangelio de las tres tentaciones de Cristo. “Jesús fue tentado por el diablo”.

Nos preguntamos si estas tentaciones tienen algo que ver con nuestra vida.

  1. «Di a esta piedra que se convierta en pan». Es la ambición de tener más. El mundo que nos rodea y la avaricia que nos invade ¿no nos empujan a poseer cuanto más mejor? La experiencia nos muestra que, quien se deja llevar de esta ambición, nunca se sacia. La respuesta de Jesús está clara: “No solo de pan vive el hombre”. ¿Me lo creo?
  2. «Si te postras ante mí, todo será tuyo». Es la tentación del poder. La soberbia de estar por encima de los demás y ocupar primeros puestos ¿no nos lleva fácilmente a humillar a otros para ensalzarnos a nosotros mismos? La respuesta de Jesús: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”. Dicho con otras palabras: “El que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado”. ¿Dónde quiero estar yo?
  3. «Tírate de lo alto y los ángeles te sostendrán en sus manos para que tu pie no tropiece en las piedras». Es la tentación del placer. A veces, por buscar la fama y gozar de la vida mendigando el placer a costa de lo que sea, somos capaces de cualquier cosa. La respuesta de Jesús es tajante: “No tentarás al Señor, tu Dios”. El terreno del placer es muy resbaladizo. ¿estoy dispuesto a romper con todo aquello que me lleva por malos caminos?

Señor Jesús, creo en verdad que eres el Hijos Dios, eres Dios mismo encarnado, hecho hombre. Por tanto, has querido vivir la experiencia humana con todas las consecuencias, incluida la posibilidad de experimentar la tentación.

Tú palabra del evangelio nos describe las tres tentaciones más frecuentes en la vida de todo ser humano: la tentación del tener, avaricia; la tentación del poder, soberbia; la tentación del placer, lujuria. También nosotros sentimos estas tentaciones. Y sabemos que somos frágiles. Pero nunca seremos tentados por encima de nuestras fuerzas.

Nos has enseñado, Señor Jesús, con tu ejemplo y tus palabras, a vencer toda tentación. ¿Cómo? Con el diablo no se regatea; hay que ser tajantes y cortar con toda ocasión que nos lleve al pecado. También la Palabra de Dios: “Está escrito”, dice Jesús. Y pone en sus labios palabras de la Sagrada Escritura. Además, conscientes de nuestra debilidad, tenemos la oración que tú nos enseñaste: “No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal”.

Amen.