MIÉRCOLES DE CENIZA ‘CUARESMA 2025’

Evangelio del día

Lectura del SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO

(6,1-6.16-18)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.

Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.

Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra de Dios.

Reflexión

La Cuaresma es un tiempo especial para vivir grandes desafíos.

Esta nos invita a cambiar, a renovarnos, a dejar atrás todo lo que nos pesa y ata y descubrir en que mejorar.

Siguiendo el lema del jubileo, comprobemos si en nuestra vida: «familia», «trabajo» o «parroquia»; somos capaces de vivir dando lo mejor de uno mismo, con los demás y con Dios.

40 días, no es nada.

Es el tiempo de los valientes.

¿Te atreves?

Preguntas

El Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de este año 2025 es sobre el tema: “Caminemos juntos en la esperanza”.

  1. «Caminemos». ¿Estoy realmente en camino o más bien paralizado, con falta de esperanza, satisfecho en mi zona de confort? ¿Trato de descubrir lo que Dios nos pide para ser mejores caminantes hacia la casa del Padre?
  2. «Juntos». Los cristianos estamos llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos. En esta Cuaresma hemos de preguntarnos ante el Señor ¿somos capaces de trabajar juntos al servicio del Reino de Dios? ¿Hacemos lo posible para que otras personas se sientan parte de la comunidad eclesial o más bien les marginamos con nuestro modo de hablar o de obrar?
  3. «En la esperanza». La esperanza que no defrauda (Rom 5, 5), mensaje central del jubileo 2025, ha de ser para nosotros el horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual. En este tiempo cuaresmal debemos preguntarnos si Dios cuenta en nuestra vida. ¿Poseo la convicción de que Dios perdona mis pecados, o me comporto como si pudiera salvarme solo? ¿Anhelo la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? ¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y la paz?

Señor Jesús, con el signo penitencial de la ceniza en nuestra cabeza, iniciamos el camino anual de la santa Cuaresma, en la fe, en la esperanza y en el amor. Tú mismo nos has dicho en el evangelio: “yo soy el camino y la verdad y la vida”. En esta cuaresma me invitas a caminar siguiendo los pasos de tu evangelio. Nada mejor que leer o escuchar tus palabras para avanzar por el camino recto.

Y queremos hacerlo en fraternidad; caminemos juntos echándonos una mano el uno al otro. Porque está demostrado que las penas, cuando se comparten, disminuyen; y las alegrías, cuando se comparten, aumentan. Avanzar por el camino de amor que tú nos muestras, es la mejor manera de vivir felices.

Señor Jesús, en este camino cuaresmal alienta nuestra esperanza, una esperanza que no defrauda, porque viene de ti; y tú tienes palabras de vida eterna. 

Amen.