4 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.

Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Sean, pues, perfectos como su Padre celestial es perfecto”.

Palabra de Dios.

Reflexión

Amar al prójimo como a ti mismo –como si esto resultara fácil- se queda corto.

Por eso, un paso más –posiblemente más de uno-: amad a vuestros enemigos; cambiando también el referente de ese amor, no solo como a ti mismo; como vuestro Padre celestial.

¿Es posible que llegue a querer a quien me cae mal? ¿A quién me ha hecho daño?

Jesús; tú dices que es posible, pero me llevará tiempo.

Muchas veces solemos perdonar de palabra, pero tenemos que hacerlo de corazón; para no dejar que los insultos y problemas nos lastimen y agobien, y así poder alcanzar  la perfección.

Oración

Señor Jesús, tus palabras nos parecen a veces un tanto exageradas. «Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen”.

Más de uno se pregunta: «¿Es posible amar a los enemigos?».

Cierto que estamos ante una enseñanza de lo más radical de tu evangelio.

Si nos lo pides, Señor, ciertamente podemos cumplirlo.

 Se trata de fijar nuestra mirada en tu Padre Dios que es también nuestro Padre, y que hace salir el sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos.

Está claro que necesitamos la gracia de tu Espíritu para tener la capacidad de amar a los enemigos y de hacer el bien a quien nos hace mal.

Sólo así podremos ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto, ser misericordiosos como nuestro Padre es misericordioso.

Amén.