ADVIENTO 2024
ADVIENTO
¿QUEDA ESPACIO PARA LA ESPERANZA?
A punto de comenzar el Adviento –tiempo de esperanza- aún se reflejan en nuestras retinas las imágenes de la catástrofe: calles y casas anegadas por el barro y el agua, coches arrastrados por la riada, personas luchando por salvar la vida, rostros marcados por la angustia, lágrimas por los muertos y desaparecidos…
¿Queda espacio para la esperanza?
Me atrevo a afirmar que sí. Ni el barro de la riada ni el otro fango, tan presente en muchos discursos, han logrado ocultarla.
La he visto brillar en la generosidad de tantas personas, en la solidaridad de tantos voluntarios, en el esfuerzo agotador de los hombres y mujeres con uniformes de lo más variado, en la oración y las lágrimas de los más distantes…
Solidaridad, generosidad, cercanía que, a mí como creyente, me llevan a pensar en la cercanía con el hombre de un Dios que quiso participar de su barro para abrir a la humanidad a un horizonte nuevo que trasciende ese barro.
Celebramos, un adviento más, (viviendo la generosidad, la entrega, el esfuerzo, la solidaridad… el amor en definitiva) el nacimiento del Dios que se encarnó; en la espera, siempre activa, de su venida al final de los tiempos.