Este año, no hubo merienda debido a la situación sanitaria.
Sin embargo, su sustituto un “Juego de la Oca” un tanto peculiar, les ha hecho profundizar sobre los misterios de este tiempo litúrgico que acabamos de comenzar.
La tarde concluyó con una oración compartida pidiendo por la paz en Ucrania.
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La Cuaresma nos invita a la conversión del alma.
Unámonos a nuestros jóvenes cofrades a crecer en el amor a Dios y al prójimo en este camino hacia la Semana Santa.