I DOMINGO DE CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 4, 1-11

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó:
«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo:
«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los
reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

Palabra de Dios.

Reflexión

La vida es un desafío constante.

Distanciados de Dios llegamos a experimentar la soledad del desierto; y ahí la tentación se hace más fuerte: dinero, fama, poder se nos ofrecen como alternativa para llenar ese vacío.

Tú y yo sufrimos tentaciones. A veces, los amigos, la sociedad, los medios de comunicación… pueden llevarnos en la dirección equivocada.

Sin embargo, Jesús nos muestra que no estamos solos en esta lucha por llenar de sentido nuestra vida.

Solo debemos dejarnos guiar por su Espíritu.

Oración

Señor Jesús, me complace saber que también tú tuviste la experiencia de la tentación; en todo semejante a nosotros, menos en el pecado.

No caíste en la tentación.

Apoyados en tu ejemplo, y sobre todo con tu ayuda, te pedimos una y otra vez «no nos dejes caer en la tentación».

Bien sabes nuestra debilidad.

En este tiempo de cuaresma necesitamos ir al desierto de la oración y alimentarnos con tu Palabra de verdad y de vida.

Está escrito: no sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.

Amén.