30 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 8, 51-59

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Palabra de Dios.

Reflexión

¡Cuán diferente es nuestra perspectiva a la aquellos judíos!

Para ellos la resurrección parecía superar todas sus expectativas, para nosotros es el fundamento de nuestra fe; la razón última por la que acogemos la palabra de Jesús avivando nuestra esperanza: 

“Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre”.

*

Ser fiel no es fácil, implica en ocasiones arriesgarlo todo.

A menudo nos cambiamos de marca, de coche…

Igualmente pasa con Dios, ser fiel a su palabra, nos cuesta sobre todo socialmente, en nuestro testimonio, incluso en nuestra propia vida.

Seamos sus “servidores” para alcanzar la vida eterna.

Oración

Señor Jesús, vemos en el evangelio de estos días cómo el enfrentamiento de las autoridades judías contigo fue creciendo de día en día.

Hoy te llegan a decir que estás endemoniado por afirmar: “Quien guarda mi palabra, no verá la muerte para siempre”.

Es un mensaje que forma parte importante de tu evangelio: la vida más allá de la muerte.

Dicho con otras palabras que resumen el misterio pascual que vamos a celebrar en los próximos días: la victoria de la vida sobre la muerte.

Nos acercamos a la Semana Santa para celebrar tu Pasión, Muerte y Resurrección.

Ayúdanos, Señor, a entender y a vivir el mensaje central de nuestra fe.

Lo expresaste muy bien con la parábola del grano de trigo que cae bajo tierra y muere para hacer germinar una nueva vida.

Aplicado a nuestra vida: “El que se busca a sí mismo, se pierde; en cambio, el que sabe perder de sí mismo por mi causa, por amor, salva su vida para siempre”.

Amén.

29 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 8, 31-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».
Le replicaron:
«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre».
Ellos replicaron:
«Nuestro padre es Abrahán».
Jesús les dijo:
«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».
Le replicaron:
«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».
Jesús les contestó:
«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».

Palabra de Dios.

Reflexión

La verdad me hace libre.

También he oído que “las verdades duelen.”

 Y, de hecho, en más de una ocasión me sorprendo tratando de auto-engañarme (algo realmente difícil de conseguir) para justificar un error, para evitar un cambio que supone esfuerzo, para permanecer en lo mío, para acallar la voz de Dios…

Invitado, una vez más, a mantenerme en su palabra.

Invitado a ser libre, en la libertad de los hijos de Dios.

*

¿Cuántas veces nos hemos propuesto salir de un vicio en el cual frecuentemente nos vemos envueltos?

Por más esfuerzos que hayamos hecho, éste permanece.

La Cuaresma lo único que hace es abrir el camino para que Dios nos salve.

¿A qué esperas?

Oración

Señor Jesús, tus palabras de hoy en el evangelio nos hablan de la verdad y la libertad: “Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

Todos estamos llamados a ser libres; la libertad es una cualidad del ser humano; y al mismo tiempo es un derecho al que no podemos ni debemos renunciar.

Dios nos quiere libres. Y tú, Jesús, nos has señalado el camino para llegar a ser libres: permanecer en tu Palabra, ser auténticos discípulos tuyos, y conocer la verdad.

Claro, no podemos olvidar lo que tú nos has dicho en otro lugar del evangelio: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.

Por tanto, esa honda aspiración humana de conocer la verdad es la que nos hace libres. Y tú, Señor Jesús, eres la verdad.

Por tanto, todo lo que nos aleja de ti y tiene que ver con el pecado, nos hace esclavos; y todo lo que nos acerca ti y a seguir tu evangelio, nos hace libres.

Amén.

28 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 8, 21-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo:
«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
«¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Palabra de Dios.

Reflexión

Levantar la mirada para ver al Hijo del hombre, para conocerlo.

Abrir los oídos para acoger la voluntad del Padre.

Desperezar el corazón para hacerla vida.

En definitiva, romper con las quejas que me encierran en mi propio yo para ponerme a disposición del Padre.

*

Me llama la atención la poca devoción que hay hoy en día en muchas personas.

Para muchos resulta imposible creer que el pedacito de pan que está sobre el altar después de la consagración es Jesús.

Ojala nuestra fe, no sea una fe vacía y sigamos creyendo en Jesús, para quien todo es posible.

Oración

Señor Jesús, nos dices en el evangelio que algunas personas no podrán ir a donde Tú vas, porque no son capaces de reconocerte como Hijo de Dios.

“Donde yo voy, no podéis venir vosotros. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo… Si no creéis que ‘Yo soy’, moriréis en vuestros pecados”.

Nos hablas, Señor, de la fe, de la necesidad de reconocerte como el Hijo de Dios, como Dios mismo.

Eso quiere decir la expresión “Yo soy”.

Tiene que ver, Señor, con la revelación de tu nombre en el Éxodo: “Yo soy el que soy”. “Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que ‘Yo soy’, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió, está conmigo. Yo hago siempre lo que le agrada. Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él”.

Creo, Señor, también cuando te elevan en lo alto de la cruz. Creemos en ti, pero aumenta nuestra fe.

Amén.

27 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 8, 1-11

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
«Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
«El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.
Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
«Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
«Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».

Palabra de Dios.

Reflexión

No está mal mirarse de vez en cuando en el espejo.

Contrastar mi imagen con la que exigimos a los demás.

Recordar las palabras que nos hablan de la mota y la viga en el ojo.

Y por supuesto, tampoco está demás escuchar de vez en cuando  “Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más” o “Yo te absuelvo de tus pecados…”

*

En un mundo en el que, lo que sobra es información, a veces tenemos muchas dificultades para poder formar nuestra opinión y, con ello, nuestros criterios.

Muchos de los valores se ven hoy refutados.

Si queremos mantenernos en el camino de la salvación, debemos actuar como Jesús, no castigando sino curando y perdonando a todo corazón malherido.

Oración

Señor Jesús, hay hechos que dicen mucho más que las palabras.

El evangelio de hoy es un buen ejemplo para afirmar lo que tú mismo nos dices en otro lugar: que no viniste a este mundo para condenar, sino para salvar.

Está claro que los escribas y fariseos querían tenderte una trampa: ante la mujer adúltera, si dices que se cumpla la ley ¿dónde queda la misericordia? Y si dices que no se cumpla ¿dónde queda el respeto a la ley de Dios?

Tú conoces como nadie el interior de cada ser humano. Por eso, con una sencilla sugerencia, les hiciste recapacitar: “El que esté sin pecado, que tire la primera piedra”.

Nadie se atrevió. Tú, Señor Jesús, compadecido de aquella mujer, lograste que levantara la vista y respondiera a la pregunta: “¿Ninguno te ha condenado? Ella contestó: Ninguno, Señor”.

La gran lección que nos das en este pasaje del evangelio, se encierra en tus palabras últimas: “Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más”.

Gracias, Jesús, porque una vez más nos muestras la misericordia de Dios, siempre dispuesto a perdonar y a salvar.

Amén.

V DOMINGO DE CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 11, 3-7. 17. 20-27. 33-45

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro le mandaron recado a Jesús diciendo:
«Señor, el que tú amas está enfermo».
Jesús, al oírlo, dijo:
«Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella».
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo se quedó todavía dos días donde estaba.
Solo entonces dijo a sus discípulos:
«Vamos otra vez a Judea».
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
Jesús se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó:
«¿Dónde lo habéis enterrado?».
Le contestaron:
«Señor, ven a verlo».
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:
«¡Cómo lo quería!».
Pero algunos dijeron:
«Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que este muriera?».
Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús:
«Quitad la losa».
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
«Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días».
Jesús le replicó:
«¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»
Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
«Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado».
Y dicho esto, gritó con voz potente:
«Lázaro, sal afuera».
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
«Desatadlo y dejadlo andar».
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

Palabra de Dios.

Reflexión

El dolor, el sufrimiento, la muerte de un ser querido oscurecen la imagen de bondad con que rodeamos a Dios.

E, incluso desde la confianza, nuestra oración se vuelve reproche: si hubieras estado aquí, si me quisieras, si…  no permitirías esto.

A Jesús no le asustan los reproches, se mantiene firme a nuestro lado  y sigue apelando a nuestra confianza: “¿Crees esto?”

¿Irá esa confianza, esa fe, más allá de la queja y el reproche?

*

¿Os imagináis el bombazo que sería que alguien devolviera a la vida a una persona ahora mismo?

Sería una noticia que se conocería en todo el mundo, en cuestión de minutos.

Habría millones de imágenes, TikTok a miles, Instagram…

No sería la noticia del año, quizá sería del siglo…

Al principio alucinaríamos, dudaríamos y luego… olvidaríamos lo ocurrido.

No sé si a Jesús ese día le dejarían dormir pero tú esta noche cuando vayas a acostarte piensa que has hecho de bueno para este mundo y las personas que te rodean.

Resucitar a alguien puede que no, pero quizás puedes ayudar a un amigo, dar un abrazo, perdonar a alguien, recoger tu habitación…

Todo son pequeños milagros de nuestro día a día.

Oración

Señor Jesús, este domingo 5º de Cuaresma tiene mucho que ver con el bautismo, que nos hace renacer a la vida nueva de hijos de Dios; como lo era el domingo pasado el ciego de nacimiento, porque el bautismo nos da una nueva luz para vivir y ver con los ojos de la fe; y como lo era el domingo de la samaritana, porque el bautismo nos purifica con el agua viva que salta hasta la vida eterna.

El milagro de la resurrección de Lázaro nos muestra en Jesús su condición de Hijo de Dios con poder sobre la muerte: “Yo soy la resurrección y la vid: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”.

Al mismo tiempo que Hijo de Dios con poder sobre la muerte, mostrabas en Betania tu condición humana: tu verdadera amistad con Lázaro y con sus hermanas Marta y María (“tu amigo está enfermo”).

Y te conmueves al ver llorar a su hermana María: “Viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban, se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó: ¿Dónde lo habéis enterrado? Le contestaron: Señor, ven a verlo. Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: ¡Cómo lo quería!”.

Dios y hombre verdadero. Ese eres tú, Jesús. Te conmueves ante el dolor de los demás; sientes el sufrir de tus amigos. Y quieres siempre lo mejor para todos nosotros.

Creo, Señor, pero aumente mi fe.

Amén.

25 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque “para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

Palabra de Dios.

Reflexión

Alégrate, el Señor está contigo.

Anímate, el Señor cuenta contigo…

…pero no sin ti.

¿Cuál es tú respuesta?

*

Siempre me llama la atención la fuerza del “sí” de María.

No fue un  “sí” como diciendo: bueno, vamos a probar qué pasa.

María era decidida.

Seguro que ella tendría otros planes para su matrimonio,  pero tenemos que ser como ella.

Ser decididos; estar disponibles siempre y ante todo para dar una respuesta.

Ella se compromete y lo arriesga todo, sin más seguridad que la certeza de saber que era portadora de una promesa.

También nosotros queremos ser portadores de una promesa nueva y auténtica.

Dificultades las habrá, pero no serán nunca razón para decir “no”.

Oración

Señor Jesús, este día 25 de marzo celebramos una gran fiesta litúrgica, la Solemnidad de la Anunciación.

Dicho con otras palabras, la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de la Virgen María por obra y gracia del Espíritu Santo.

Tiene su lógica: si celebramos tu  nacimiento el 25 de diciembre, es lógico que celebremos tu concepción en las entrañas de María Virgen el día de hoy, nueve meses antes.

Impresiona leer hoy tu evangelio, sobre todo las palabras del ángel a María: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será Hijo del Altísimo. El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerzo del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios… Porque para Dios nada hay imposible”.

Te pedimos, Señor, que arraigues en nosotros la disponibilidad de la Virgen María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”.

Y tú, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores. Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre”.

Amén.

24 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 7, 1-2. 10. 25-30

En aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.
Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.
Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:
«¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».
Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:
«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».
Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

Palabra de Dios.

Reflexión

No había llegado su hora, pero se intuía cerca.

Más precaución: “a escondidas” en palabras de Juan; que, poco después, parece contradecirse al poner en boca de la gente “mirad cómo habla abiertamente”.

Hasta el final supo cumplir con la voluntad del Padre:  

“yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz.”

*

¿Nos gusta pasar desapercibidos? 

¿Podemos pasar desapercibidos?

¿Cuántas veces has llegado a un sitio e instantáneamente se han dado cuenta de tu presencia?

Como cristianos, nuestros pensamientos, actitudes…  nos descubren como seguidores de Jesús, no pudiendo fingir.

Y tú, ¿transparentas a Jesús en tu vida diaria?

Oración

Señor Jesús, cuando llega la fiesta judía de las Tiendas, acudes a Jerusalén, porque es allí donde se reúne la gente y donde puedes anunciar más claramente tu mensaje de amor a Dios y al prójimo.

Enseñas una verdad que no era fácil de entender para tus contemporáneos: que vienes de parte de Dios y que procedes de él: “Yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero (Dios mismo) es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado”.

Nos dejas bien claro que tu mensaje es el mensaje de Dios, que tus obras son obra de Dios, que tus palabras son palabra de Dios.

Aumenta nuestra fe para que podamos acoger tus palabras con la sencillez de un niño, con la humildad del discípulo, con el amor de hijo de Dios.

Entonces no pudieron echarte mano porque no había llegado tu hora. Prepáranos, Señor, para cuando llegue tu hora.

Amén.

23 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 5, 31-47

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí.
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis.
Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis.
¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».

Palabra de Dios.

Reflexión

“Las obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.”

“Yo he venido en nombre de mi Padre.”

Estas palabras interpelan mi ser cristiano.

¿De quién o de qué da testimonio mi forma de actuar?

¿En quién o en qué se apoya mi vida?

*

No basta conocer, hay que vivir; no basta la fe, hay que actuar.

Debemos pensar que Dios nos habla para el momento preciso que estamos viviendo. Que la gente que nos rodea y los acontecimientos diarios son parte de su palabra que se hace realidad en nosotros.

Oración

Señor Jesús, tu evangelio de hoy sigue al de ayer, en el diálogo difícil con los judíos que no aceptan tu testimonio.

Por eso apelas, primero al testimonio de Juan.

Y sobre todo al testimonio de las buenas obras: “Las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí”.

Cierto, Jesús, son las obras las que dan testimonio de ti, pues sólo Dios puede hacer las cosas que tú haces.

Y también en nuestro caso son los hechos, nuestro modo de obrar y de comportarnos en la vida, los que dan testimonio de nosotros, de nuestro ser cristianos.

Ayúdanos, Señor, y fortalece nuestro amor para que podamos dar testimonio de ti en el mundo.

Amén.

22 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 5, 17-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».
Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.
Jesús tomó la palabra y les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro.
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.
En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán.
Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio.
Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».

Palabra de Dios.

Reflexión

La voluntad del Padre es la resurrección y la vida; la felicidad de sus hijos.

Esa es la voluntad que asume el Hijo y la realidad que anhelamos todos: ser felices y vivir para siempre.

¿Por qué, entonces, nos cuesta tanto acoger su programa?

*

Lo que leemos en el Evangelio debería ser algo sobre lo que no se duda o discute.

Muchas veces me resulta difícil de entender o de aceptar  pero si quiero vivir según la voluntad de Dios, debo reconocer que su palabra es la verdadera.

Oración

Señor Jesús, hoy nos hablas en el evangelio de tu condición de Hijo, con mayúscula.

“Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo”.

No sólo quebrantas el sábado curando a enfermos, sino que además llamas a Dios Padre tuyo, haciéndote igual a Dios.

Son palabras que hieren los oídos de aquellos judíos que se dedicaban al culto en el templo. Por eso buscan el modo de acabar contigo. Puesto que has tocado una fibra especialmente sensible, quisiste dejar testimonio de la verdad.

 Por tres veces en el evangelio de hoy comienzas a hablar diciendo: “En verdad, en verdad os digo”.  

Es una señal clara de que, lo que viene a continuación, es muy importante. Efectivamente, nos dices que el Padre y tú estáis íntimamente unidos en el querer, la voluntad, y en el obrar, la acción: “Lo que hace el Padre, eso mismo hace también el Hijo… El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió”.

Es más; te atreviste a decir: “En verdad, en verdad os digo: Igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo”. 

Y terminas diciendo: “Porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”.

Sólo desde la fe, podemos entender estas palabras.

Por eso, te decimos con toda verdad: “Creo, Señor, pero aumenta nuestra fe”.

Amén.

21 de Marzo CUARESMA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 5, 1-16

Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
«¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Palabra de Dios.

Reflexión

“¿Quieres quedar sano?” ¿Quieres que te ayude?

Presuponiendo que todos queremos la salud y que a todos nos gusta que nos ayuden, parecen preguntas vacías o retóricas que se contestan por sí solas.

Pero mirando a nuestra vida de fe probablemente resulten de lo más pertinentes. ¿Quiero mejorar, ayuda para cambiar; o prefiero seguir así?

“Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor.”

*

Hoy en día, muchos de nosotros no tenemos a alguien que nos ayude a salir de nuestros problemas.

¿Te has puesto a pensar cuánta gente a tu alrededor está esperando que le eches una mano?

Oración

Señor Jesús, hoy nos muestras en el evangelio una vez más tu misericordia, tus entrañas de compasión ante aquel hombre que llevaba 38 años enfermo, sin que nadie le hiciera caso: “No tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua”.

Tú realizaste el milagro porque tuviste compasión de él. No lo hiciste buscando el aplauso de la gente; de hecho, quisiste pasar inadvertido entre el gentío.

Tampoco buscaste la polémica por hacerlo en sábado; no era esa tu intención. Pero sí nos dejaste claro que, por encima de toda norma religiosa, está el hacer el bien al prójimo.

Ayúdanos, Señor Jesús, a tener entrañas de misericordia para con los que sufren; y danos la fuerza de tu Espíritu para ayudarles en lo que podamos.

 Y te pedimos también la perseverancia de este enfermo que, a pesar de los muchos años de enfermedad, nunca perdió la esperanza.

Amén.