MIERCOLES DE CENIZA 2023

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra de Dios.

Reflexión

Hoy comenzamos la gran aventura de la Cuaresma.

Tiempo en el que se nos invita a encauzar nuestra vida de fe al encuentro con Dios.

Oración, ayuno y limosna, al estilo de Jesús, como herramientas para salir de nosotros mismos, para abandonar el postureo que nos envuelve hoy en día.

Atrevámonos a cambiar el aplauso vacío, que envanece, por el abrazo del Padre que plenifica, conforta y nos abre a los hermanos.

¡No seas hipócrita!

Mira dentro de tu corazón y toma el control de tu vida.

Oración

Señor Jesús, tú me llamas hoy, con el gesto de la ceniza, a emprender un nuevo camino de conversión.

Tu evangelio nos marca las pautas a seguir en ese camino: amar, y por tanto caridad con el prójimo; orar, y por tanto dar espacio a Dios en mi vida; ayunar, y por tanto abstenerme de todo aquello que resta valor a mi vida.

Y todo ello con sinceridad. Tú siempre eres amigo de la verdad.

Ayúdame, Señor, a avanzar en este camino de cuaresma que me lleva a la alegría de la Pascua.

Amén.