MIÉRCOLES SANTO -S. SANTA 2023-

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 26, 14-25

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
«¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?».
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?».
Él contestó:
«Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle:
“El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”».
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
«En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar».
Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
«¿Soy yo acaso, Señor?».
Él respondió:
«El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!».
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
«¿Soy yo acaso, Maestro?».
Él respondió:
«Tú lo has dicho».

Palabra de Dios.

Reflexión

Es triste que muchos no sepan valorar la amistad, ni de Jesús, ni de aquellos con los que comparten su vida: padres, hermanos, compañeros…

Con Jesús siempre  tenemos la posibilidad de “volver”, de reencontrarnos, de pedirle perdón…

Uno de los valores fundamentales del cristiano es la amistad.

No le dejemos solo en esta Semana Santa.

Él nos concede siempre una nueva oportunidad.

¡Esa es nuestra gran suerte!

Mostrémosle que verdaderamente lo tenemos como amigo.

Oración

Señor Jesús, el evangelio de este miércoles santo nos cuenta la traición de Judas.

El egoísmo de buscar su propio interés le ha llevado a traicionar la amistad con Jesús que siempre buscó su bien, incluso hasta el final, en el huerto de los Olivos, que le llama “amigo”.

Está claro, Señor, que tu amor es incondicional, sin límites ni condiciones.

Prueba de ello va a ser tu pasión y tu muerte que vamos a celebrar en esta Semana Santa.

También queremos, Señor Jesús, entrar en el espíritu de la Misa Crismal que hoy celebra nuestro Obispo con los sacerdotes de la diócesis en la Catedral.

Que tu bendición del Óleo de los Enfermos y del Óleo de los Catecúmenos, y tu consagración del Santo Crisma, sean para todos nosotros una constante llamada a la santidad de vida.

Para que los enfermos se sientan reconfortados, para que los catecúmenos se sientan fortalecidos, para los ungidos con el Santo Crisma, bautizados, confirmados, diáconos, presbíteros y obispos, sean fieles testigos de tu presencia en el mundo.

Amén.