LUNES SANTO -S. SANTA 2023-

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 12, 1-11

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
«Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Palabra de Dios.

Reflexión

¿Cuál es nuestra postura ante Jesús?

En estos días santos, días en los que muchos aprovechan para descansar, debemos aprender de María, a darle a Jesús lo mejor, no sólo de nuestras cosas físicas sino también de nuestro tiempo.

Oración

Señor Jesús, el evangelio nos sitúa ya en los días previos a tu pasión y muerte.

Estás en casa de tus amigos Lázaro, Marta y María; en Betania, a escasos tres kilómetros de Jerusalén.

Y hay una cierta expectación, sobre todo por ver a Lázaro, el recién resucitado.

Durante la comida se produce una escena que nos cuenta el evangelio y que sirve hoy de marco a nuestra oración.

Gracias, Jesús, porque nos muestras una vez más que lo importante es el amor.

María, la hermana de Lázaro, lo expresa muy bien en el gesto de ungir tus pies con un costoso perfume. Y tú, Señor Jesús, valoras este gesto de amor en contraste con la queja interesada de Judas.

Lo que más se opone a tu voluntad es el egoísmo de buscar el propio interés. Y lo que más coincide con tu voluntad y con el mandamiento nuevo que nos diste el primer jueves santo, es el amor verdadero que sólo busca el bien del otro.

Te amo, Señor, pero aumenta nuestro amor.

Amén.