RICARDO PUENTE GARCÍA celebra sus BODAS DE ORO SACERDOTALES (1973-2023)

Nuestro sacerdote Ricardo Puente García celebra este año sus Bodas de Oro Sacerdotales.

Son 50 años de sacerdote y bien merece la pena celebrarlo.

El día 16 de septiembre a las 13:00 h lo celebra en Isar, su pueblo.

Y el día 8 de octubre a las 13:00 h lo celebraremos en nuestra parroquia de San Pedro de la fuente.

Como protagonista del acontecimiento, quiero decir unas palabras sobre el evento que vamos a celebrar y sobre las fotos que acompañan a esta información.

Cierto, este es el año de mis Bodas de Oro Sacerdotales. A nivel diocesano, lo hemos celebrado ya, como hacemos todos los años, el día de San Juan de Ávila, patrono del clero español, el 10 de mayo, en el Seminario de San José. Con una misa solemne presidida por nuestro Arzobispo D. Mario Iceta, una conferencia, un acto de homenaje y una comida en la que participamos unos 200 sacerdotes de la diócesis.

Fui ordenado sacerdote en la capilla de la Facultad de Teología el sábado día 13 de octubre de 1973. La foto en la que el Sr. Obispo de entonces, D. Segundo García de Sierra y Méndez, impone sus manos sobre mi cabeza después de la oración consacratoria, y unge mis manos con el santo crisma son fiel testimonio de ese momento.

La celebración de mi primera misa en Isar tuvo lugar el domingo de la semana siguiente, día 21. Las otras fotos recogen momentos distintos de esta celebración. Podemos ver el buen número de sacerdotes que concelebraron conmigo en aquella primera misa.

El sábado 16 de septiembre será buen momento para recordar y actualizar a muchas personas con las cuales he celebrado bodas, bautizos, comuniones y también entierros de familiares y amigos. Un recuerdo hecho oración en esta misa del 50º aniversario.

Con el deseo de ampliar esta información, creo que este es el momento para recordar por dónde ha transcurrido mi vida en estos 50 años.

El año 1973-74, mientras terminaba el último curso de Licenciatura en Teología Dogmática, fui destinado como párroco a Nidáguila y Terradillos de Sedano.

Al año siguiente, ya licenciado en Teología, mi destino fue como coadjutor en Belorado y párroco en San Miguel de Pedroso, Villambistia y Puras de Villafranca.

Fueron justamente los años de la transición en España, interesantes no sólo por lo político, sino también en lo social y religioso. Allí estuve tres años largos.

Después el Obispo me destinó a ser formador en el Seminario Menor con los seminaristas de 14-15 años.

Pasaron dos años, y al cumplir mis 30 años tuve que cumplir el servicio religioso en las Fuerzas Armadas, o sea, la mili como “pater” en la Academia de Ingenieros de Burgos.

Tras los 15 meses reglamentarios, pasé 3 años en Roma como capellán en la Casa Generalicia de los Hermanos Maristas y haciendo estudios complementarios en Teología Pastoral Catequética hasta hacer otra Licenciatura.

A la vuelta de Roma, el año 1983, a los 10 años de mi ordenación sacerdotal, fui destinado como Vicario Parroquial a la parroquia de San Nicolás de Bari en Miranda de Ebro. Allí he pasado 28 años. Los once primeros como vicario parroquial y el resto como párroco en la misma parroquia.

Interior de San Nicolás de Bari en Miranda de Ebro.
D. Ricardo en los salones de la parroquia San Nicolás de Miranda.

Bien puedo decir que Miranda es mi segundo pueblo; Isar el primero de nacimiento y Miranda el segundo de adopción.

Son muchos años con muchas experiencias en una parroquia de mucha actividad. Basta decir que todos los años teníamos más de 100 entierros.

En septiembre de 2011 vine como párroco a la parroquia de San Cosme y San Damián, en Burgos.

Después de dos años he estado colaborando en las parroquias de San Nicolás y Santa Águeda, de Burgos.

Y llevo tres años en esta parroquia de San Pedro de la Fuente y como capellán de las Monjas Agustinas en el mismo barrio.

Como veis este recorrido de mi vida es muy variado y, yo diría, que muy interesante. Es más, después de 50 años de sacerdote me atrevo a decir que sigo aprendiendo a ser cura de parroquia y que, celebrando todos los días la eucaristía, me resulta siempre nueva. Porque Jesucristo, muerto y resucitado, sigue haciéndose presente en el misterio que celebramos en la misa. Ahora que he tenido el gusto y el interés de recorrer los lugares más importantes de Tierra Santa, puedo decir que las palabras del Evangelio contienen una verdad que vale para siempre y el misterio de Eucaristía es tan real como el que Jesús celebró en el Cenáculo con sus discípulos.

Termino invitando a todos los que quieran participar en estas dos celebraciones –16 de septiembre y 8 de octubre– del 50º aniversario de mi ordenación sacerdotal y, por supuesto deseando a todos lo mejor para sus vidas.

RICARDO PUENTE