CÍRCULO DEL SILENCIO ABRIL 2025
NO NOS RESIGNAMOS. NO AL REARME, NO A LA GUERRA
¿Es estúpido, simplista o naif defender la paz y la justicia social? ¿Es quizás más interesante,
elaborado y maduro creer que los vientos de guerra, el lenguaje belicista y la apuesta por las armas
traerán un futuro mejor?
¿En qué medida contribuye a un futuro en paz el aumento desenfrenado del gasto militar que se
proponen aprobar los gobiernos europeos sin debate ciudadano, sin transparencia ni detalle y con urgencia? ¿Qué parte de esos miles de millones va destinada a mejorar la educación, la sanidad, la
terrible situación de la vivienda, la armonía medioambiental o la solidaridad internacional? ¿No sería necesario invertir en mayores esfuerzos políticos y diplomáticos que ante las amenazas de
agresión busquen caminos de diálogo todavía no explotados?
No, no nos resignamos a la guerra. El rearme de Europa no supondrá más seguridad, no contribuirá
a la distensión, si no que nos acercará aun más a la guerra. Los contextos militaristas suelen ir
acompañados, además, de retrocesos en derechos, libertades políticas y sociales, originan miedo y
alarma social, escenario idóneo para normalizar mecanismos de represión y autoritarismo.
El aumento de gasto militar europeo, hasta 800.000 millones de euros en cuatro años, anunciado por
la presidenta de la Comisión Europea, se va a realizar a través de un mecanismo de excepcionalidad
que evitará el debate en los parlamentos y, en general, la información clara y detallada de la
ciudadanía europea.
No podemos ni queremos aceptar que el dinero de nuestros hospitales públicos, nuestras escuelas y
universidades públicas, nuestro sistema de atención a la dependencia, nuestras políticas de protección y de cobertura social para los momentos de dificultad, de lucha contra el cambio
climático, la violencia machista, el racismo o de protección frente a emergencias, de
cooperación…vaya a ser destinado a comprar tanques, fusiles, cazas y misiles para la guerra, porque
así lo hayan decidido las élites belicistas que gobiernan actualmente Europa y EE.UU.
Los climas bélicos se diseñan en cómodos despachos, pero son los pueblos los que pagan las
consecuencias. Por ello, este momento es extrema importancia para disipar la tensión creciente y
defender un modelo de paz, de bienestar social y de ampliación de derechos para todos/as. El
momento presente requiere de cultura de paz.
No nos resignamos a la guerra, porque no queremos la paz de los cementerios, porque la historia
nos demuestra que el único camino realista para conseguir la paz no es militar, sino político.
Pónganse manos a la obra y trabajen para la paz, se lo exigimos.