DERRIBADOS POR JESÚS

Las antiguas ciudades estaban rodeadas de muros muy altos que impedían el acceso a las mismas protegiéndolas de los enemigos.

Hay barreras que se presentan delante de nuestra vida, que nos impiden avanzar en ella.

Hemos comenzado el curso y; nuestros adolescentes se han acercado a la bolera para identificar y conocer tras una reñida partida de bolos aquellos muros que nos separan de Dios.

Y es que el temor, el pecado, el rechazo…  son distintas situaciones que a veces nos imposibilitan ir en contra de la corriente cortándonos el paso, la visión o no logrando esa victoria tan deseada.

Nuestros chicos están dispuestos a conquistar aquello que Dios nos ha prometido.

¡Quieren ser derribados por Jesús!